5 cosas que no sabías de la Manzanilla

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La manzanilla es un vino generoso de color amarillo pálido que se caracteriza por tener un paladar seco y ácido y  un punto salado que lo hace ideal para tomar en el aperitivo. Si vives en Andalucía es muy probable que hayas tenido ocasión de tomar una copita de manzanilla bien fría en cualquier bar, o que, incluso, en algún evento hayas podido presenciar el arte de la venencia de la manzanilla.

Más allá de Despeñaperros, la manzanilla es una gran desconocida y, a veces, suele confundirse con el fino, lo que desagrada especialmente a los autóctonos sanluqueños.

En este post descubrirás cinco curiosidades sobre la manzanilla que te harán saborear con más intensidad el que, desde finales del siglo XVIII es considerado uno de los vinos más alegres y apreciados de la provincia de Cádiz.

1) La manzanilla es un vino que solo se produce en Sanlúcar de Barrameda

Es indiscutible que, de la provincia de Cádiz, el vino que es conocido universalmente es el vino de Jerez en todas sus variantes. Pero el único vino de la zona que tiene denominación en sí mismo es la manzanilla.

Bodegas Hidalgo La Gitana

Se trata de un vino de crianza biológica cuyos matices se consiguen gracias a la confluencia excepcional que se da entre las marismas de Doñana y el estuario del Guadalquivir, lugar donde el río desemboca en el Atlántico. Es por ello que, si no conoces esta peculiaridad puedes confundirla con el fino. Siempre que te acerques a una barra y quieras pedir manzanilla, acuérdate de pedirla con su “apellido” distintivo: manzanilla de Sanlúcar.

2) El secreto de la manzanilla está en la flor

La manzanilla es un vino que procede de la fermentación completa y a presiones suaves de mostos de uva palomino fina. Su proceso de crianza se distingue por realizarse bajo lo que se conoce como velo en flor, una capa de levaduras que se forma en la superficie del vino dentro de la bota. Este velo solo se consigue en bodegas situadas en Sanlúcar de Barrameda gracias a las condiciones climatológicas particulares del lugar: temperaturas suaves y humedad relativa alta.

En algunos casos, los vinos se mantienen durante períodos excepcionalmente largos, de más de 40 años. Este vino se conoce como palo cortado. Otras variedades que puedes encontrar y que dependen del tiempo en bota son la manzanilla amontillada, la pasada o el oloroso todas con más graduación alcohólica que la manzanilla fina que es la más joven.

3) Sírvase bien fría, o no

Existe la creencia de que la manzanilla, como todo vino blanco que se precie, debe de tomarse bien fría, con temperaturas que oscilan desde los 5º a los 7º C grados.

Sin embargo hay expertos que abogan por degustarla a mayor temperatura, para potenciar todos sus matices en el paladar. Entre los 20 y 25 ºC, la manzanilla gana complejidad e incluso la salinidad queda en un segundo plano haciéndola más suave al paladar.

En caso de que decidas degustarla, como todo vino blanco, a bajas temperaturas, pide siempre medias botellas (375 ml, unas 6 copas) para evitar que se caliente.

Nuestro consejo es que la tomes a la temperatura que quieras en cada momento y dependiendo del entorno. Ya que tomar la manzanilla natural en bodega, salida directamente de la nota, es un placer, que, al menos una vez en la vida debes de experimentar.

4) La manzanilla es la bebida estrella de las carreras de Sanlúcar desde hace 174 años

Aunque las primeras carreras de caballos celebradas al estilo inglés tuvieron lugar en Madrid en el año 1835, es la Sociedad de Carreras de Caballos de Sanlúcar de Barrameda, fundada en 1845 la única que ha mantenido estas pruebas de velocidad de manera ininterrumpida desde ese mismo año.

El origen de estas carreras está en las competiciones que realizaban los dueños de los caballos que transportaban pescado desde el puerto de Bajo de Guía hasta los mercados de poblaciones cercanas.

Carreras de caballos, Sanlúcar de Barrameda. 
Fotografía de Enrique Ruíz
Carreras de caballos, Sanlúcar de Barrameda.
Fotografía de Enrique Ruíz

Puedes contemplar las carreras desde los palcos, desde un chiringuito o desde el mismo paseo marítimo al atardecer mientras degustas el maridaje perfecto: langostinos y manzanilla. Sabores que se mezclan con los aromas a sal y a tierra húmeda que distinguen la zona.

En los últimos años es muy frecuente ver a los asistentes mezclando manzanilla con Sprite o Seven Up- el famoso rebujito- pero siguen siendo mayoría los optan por tomarse una manzanilla sin mezclar en su catavinos.

5) Manzanilla en rama o embotellada, he ahí la cuestión

Puedes encontrar la manzanilla en dos variantes: embotellada y en rama. Lo más usual es que si no estás en el mismo Sanlúcar o cerca de este término municipal, la degustes embotellada.

La manzanilla en rama es una manzanilla embotellada sin filtrar, es decir, salida directamente de la bota. Es una manzanilla que debes tomar en el momento; es por ello que muchas bodegas, como la emblemática Barbadillo, saca partidas limitadas de manzanilla en rama coincidiendo con cada una de las estaciones del año.

Si tienes la suerte de pasar unos días en Sanlúcar, siempre tienes la opción de comprar una o dos arrobas (garrafas de 16L) de manzanilla en rama y aprovechar para visitar una bodega o un despacho de vinos. Nuestros preferidos son: Gabriela, Mar 7, La Gitana, Maruja o Juan Piñero. Eso sí, nuestro consejo es que no la muevas mucho y que aproveches los atardeceres frente las marismas de Doñana para acabar el vino antes de que termine tu visita.